“La perspectiva de un Gobierno hostil buscando activamente socavar nuestras elecciones libres y justas representa una de las amenazas más graves para nuestra democracia desde la Guerra Fría y es fundamental que el FBI utilice todos los recursos disponibles para investigar este asunto a fondo”, subrayó Reid.
En una carta dirigida al director del Buró Federal de Investigación (FBI), James Comey, y a la que accedió Efe, Reid expresa preocupación por los supuestos ataques informáticos cometidos por piratas rusos y la “conexión directa” y “creciente” entre el Kremlin y la campaña de Trump.
El senador hizo referencia así a los elogios que han intercambiado Trump y el presidente ruso, Vladímir Putin.
Putin llegó a calificar de “muy brillante” y “líder absoluto” a Donald Trump, que ha alabado en varias ocasiones la figura del presidente ruso y ha defendido posiciones de acercamiento a Rusia, al contrario que gran parte de los republicanos que sitúan a Moscú como uno de los principales peligros para Estados Unidos.
“Recientemente, he sentido preocupación por si la amenaza del Gobierno ruso en nuestras elecciones presidenciales es más amplia de lo que se conoce y por si puede incluir la intención de falsear los resultados oficiales de las elecciones”, expresa Reid en su misiva.
De esta forma, Reid cita la filtración de Wikileaks, que en julio publicó casi 20.000 correos electrónicos del Comité Nacional Demócrata (DNC, por su sigla en inglés), en los que funcionarios del partido hablan de estrategias para vencer a Bernie Sanders, rival de la candidata presidencial Hillary Clinton en las primarias.
“La perspectiva de personas ligadas a Trump, Wikileaks y el Gobierno de Rusia coordinándose para influenciar las elecciones plantea preocupaciones de la mayor gravedad y merece un examen completo”, afirma Reid en su carta al FBI.
La cúpula demócrata ha mantenido en varias ocasiones que Rusia está detrás de la filtración de Wikileaks que tendría como objetivo perjudicar a Clinton frente al republicano Donald Trump, una teoría insinuada por el propio presidente estadounidense, Barack Obama.
Rusia, por su parte, ha tachado de “absurdas” las acusaciones y advirtió que dañan las “relaciones bilaterales” entre Moscú y Washington.
