Las transacciones con estupefacientes se llevaban a cabo en una vivienda, que a los efectos de disfrazar de lícitas las actividades ejecutadas en su interior, adoptaban la fachada de un lugar dedicado al rubro almacenero.
Sin embargo luego de la intervención, previa articulación de labores investigativas, los agentes concretaron el allanamiento y tras una inspección general hallaron una considerable cantidad de dosis de crack para la venta.
El principal responsable de la distribución se encontraba ausente durante la intervención, lo que requirió una búsqueda en las inmediaciones de la casa, situación que culminó con la captura de Juan Medina Paiva de 24 años, quien ya contaba con antecedentes por la misma causa.
Su detención se dio en un sendero vecinal a escasos metros del inmueble. Otras dos personas con quién compartía negociaciones en la distribución de drogas eran su pareja Lucía Méndez de 27 años y Benigno García de 28 años, ambos también fueron detenidos.
Fueron hallados 37,2 gramos de crack, lo que equivaldría a 186 dosis, además de la sustancia incautada se confiscaron joyas que según fuentes investigativas constituían el pago por la adquisición de la droga, joyas que eran obtenidas a partir de asaltos.
En el listado de las evidencias también figuran un revólver calibre 38 y un puñal, los cuales fueron trasladas a la base de operaciones por orden del fiscal Abg. Ariel González.
La Unidad de Reducción del Microtráfico está expandiendo su campo de acción a ciudades periféricas a la capital, de modo a ejercer influencia en los puntos más distantes del centro urbano.