ITAPÚA
Un smartphone que resiste al contacto con el agua sirvió para que sean rescatados cuatro turistas, un maquinista y el encargado de una embarcación que se hundió en las aguas del río Paraná, mientras regresaban de las dunas de San Cosme y Damián, en Itapúa, sitio turístico bastante concurrido.
El hecho se registró a 2.000 metros de las dunas, desde donde comenzó a tener problemas la lancha de aluminio para 6 personas, según datos policiales.
“Regresábamos de las dunas alrededor de las 10.30 para continuar con nuestro paseo, esta vez por la zona de las Ruinas Jesuíticas, cuando vimos que el agua entró en la zona del motor y rápidamente iba inclinándose la lancha. Nos indicaron que debíamos nivelar la embarcación para evitar el rápido naufragio”, relató Fernando Jara, uno de los turistas. Todos tenían chalecos salvavidas.
El temor se apoderó de los viajeros, así como de Marcelo Antúnez, puesto que no sabe nadar. Incluso desapareció en un momento dado en el agua, pero sus compañeros lo rescataron. Jara comentó que en un principio se asustó porque vio desesperado a otro amigo, pero al recordar el chaleco de seguridad que tenía puesto le devolvió la tranquilidad.
Los otros amigos de ambos, José Cuevas y Juan Gaona, son bomberos y tuvieron toda la tranquilidad en las aguas, según el relato de Jara. Acompañaban el trayecto el maquinista Darío Aguilera, quien supo manejar la situación y el encargado de la lancha, Ángel Darío Ibarra. La embarcación se tumbó y quedó bocabajo; a consecuencia de ello, los náufragos fueron lanzados a la correntada.
En ese momento, todos perdieron sus celulares, excepto Antúnez, quien logró conservar el suyo y que además es resistente al agua; gracias a ello pudo alertar al Centro de Seguridad y Emergencias 911.
Según el testimonio de los turistas, estuvieron en el agua dos horas y media. Mientras aguardaban el rescate, fueron arrastrados por la corriente de agua unos 3.000 metros del lugar del naufragio.
Los agentes derivaron el caso a la Comisaría 32ª de San Cosme y Damián, desde donde se solicitó la ayuda de los bomberos voluntarios y a buzos de la Marina.
Los policías llegaron hasta los turistas en otra embarcación y fueron llevados hasta la comisaría jurisdiccional en donde relataron lo sucedido.