“Fijate que en los frigoríficos que emplean a 1.000 personas se les dio tarjetas a los obreros como si nada, con una línea de crédito que oscila los G. 2 millones. Estos sectores fueron castigados porque con la no renovación de sus contratos ya no tienen ese plástico con el que calesiteaban hasta fin de mes”, comentó.
No obstante, Sánchez consideró que ese efecto es positivo porque tarde o temprano esa deuda iba a explotar y terminaría perjudicando a estos usuario.
“Este nicho de los segmentos bajos dejó de crecer, y ese número de 50.000 clientes, para cerca de un millón de personas con tarjetas de crédito, es irrelevante”, resaltó.
segmento medio. Sánchez consideró que el verdadero negocio para los bancos está en otorgar tarjetas a clientes de nivel medio. “Morosidad siempre existió, lo que pasa que antes a los bancos les era más fácil seguir financiando a esta gente con tasas de interés con 50% que compensaba ese retraso. La principal razón para el recorte es que estos clientes se sobreendeudaron”, explicó.
En su opinión, pese a que la tasa de interés ronda apenas el 18% para un crédito de consumo aún puede ser rentable, porque este tipo de negocios es de volumen.
Puso como ejemplo el caso del Banco Continental con la masividad de clientes que tiene puede ser rentable y estar ofreciendo, como lo hace ahora, créditos hasta 12 meses sin intereses. “Tendrán que seguir sumando masa a su clientela enfocado en el segmento medio”, resaltó.