Jesús Alfredo Guzmán Salazar, de 29 años, es uno de los seis hombres levantados (como se denomina a los secuestrados por el narcotráfico) la madrugada del lunes en un lujoso restaurante de Puerto Vallarta, balneario en el Pacífico mexicano de gran fama.
Los gobernadores de Jalisco, donde actúa el cartel Nueva Generación y al que autoridades responsabilizan del plagio, y de Sinaloa (noroeste), donde opera la organización de Guzmán, advierten de potenciales venganzas mientras que Nayarit, pequeño estado localizado entre los anteriores y de momento territorio neutral refuerza su seguridad.
El gobernador de Sinaloa, Mario López Valdez, reconoció el martes que teme un “recrudecimiento de la violencia” cuando se presentan brotes en su estado luego de vivir en relativa calma.
“No es un asunto ajeno o aislado (...), es un problema donde hay una lucha entre cárteles y organizaciones criminales”, dijo de su lado Aristóteles Sandoval, gobernador de Jalisco.
Puerto Vallarta, que tiene lujosos hoteles, está ubicado cerca de Nayarit, que ya toma previsiones con puestos de seguridad carreteros.
“Llegaron más elementos para reforzar los ingresos carreteros en el sur de Nayarit, enfocándonos principalmente con Puerto Vallarta”, dijo a la AFP un mando policial.