Este acto constituye una infracción a normas de vida silvestre, por lo cual se iniciará un sumario administrativo y dependiendo de los resultados, los mismos serán remitidos al Ministerio Público.
Lo decomisado era expuesto en la vía pública sobre la ruta IV, que une las ciudades de San Ignacio y Pilar.
Las piezas confiscadas corresponden a partes de animales silvestres tales como carpincho, una pieza entera de yacaré, partes de ciervo de los pantanos y una pieza de armadillo (tatú). Tras la incautación, se labró acta y las restos se destruyeron y enterraron para evitar posibles zoonosis, ya que los animales silvestres son portadores de esa enfermedad, al no estar vacunados.
El hecho es una infracción a la Ley 96/92 “De Vida Silvestre”, de la cual se deduce un sumario administrativo. Con respecto a las especies que se hallan con grado de amenaza, el caso se deriva al ámbito penal, a través de la Ley 716/93 “De Delitos Ecológicos”.