El grado de interés hacia los ciudadanos por parte de los que están al frente de las municipalidades –intendentes y concejales– se nota en la atención que prestan a sus espacios públicos. Estos, en realidad, solo carecen de sentido. Únicamente adquieren significación cuando se los concibe como lugares al servicio de los que viven en su territorio.
Ello implica que los sitios comunes –plazas, parques, paseos centrales y otros– en los que las personas desenvuelven su vida deben estar siempre en óptimas condiciones, de tal modo a satisfacer cabalmente la necesidad ciudadana de acudir a lugares que les sirven para dejar de lado por un momento el ajetreo cotidiano.
En nuestro país, como norma general, sin embargo, la mayoría de los lugares públicos sufren el abandono de las autoridades. Por eso se observan plazas y parques invadidos por yuyales y hasta por animales vacunos y equinos en algunos casos, bancos rotos, juegos infantiles destruidos, árboles descuidados y ausencia de bocas de agua potable.
Los parques Caballero y Carlos Antonio López, de Asunción, son los ejemplos más acabados del desinterés de las actuales autoridades capitalinas hacia las áreas verdes que sirven de solaz a numerosos contribuyentes. Han sido abandonados a su suerte; mejor dicho, a su desgracia.
De los 157 empleados del Área Verde de la Municipalidad de Asunción solo trabajan 70 porque el resto del personal –por su avanzada edad o por estar aquejados por enfermedades– ya no puede realizar las tareas cotidianas propias del puesto que ocupan.
El intendente y la Junta Municipal, antes que buscar una solución al problema contratando nuevos operarios y jubilando a los que ya no están en condiciones de trabajar, la soslaya. El resultado está a la vista de todos.
Lo que ocurre en la capital no es una excepción. En la mayoría de los municipios la situación es igual o peor. Para constatarlo basta dar un recorrido por las ciudades del área metropolitana de Asunción. Y ni qué decir si es que se indaga en municipios más alejados.
Ante esta realidad, es necesario que la ciudadanía urja a sus autoridades locales mayor responsabilidad para cuidar los espacios públicos que pertenecen a todos.
La inconsciencia de intendentes y concejales municipales que no sirven a sus comunidades a través del mantenimiento adecuado de las áreas verdes tiene que acabar. Si no cumplen con sus obligaciones, los electores deben sancionarlos dejando de votar por ellos. Solo así aprenderán que no se puede agredir con el descuido de los espacios públicos a los ciudadanos que pagan sus impuestos para recibir como contrapartida un servicio de calidad en todos los niveles.