El fastidio y la desconfianza hacia las autoridades jugaron en contra de los universitarios.
Ante la presunción de que el estamento docente de la AU iba a cocinar en votación secreta la conformación de los órganos de gobierno de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), los estudiantes invadieron el predio del Rectorado, situado sobre Avda. España. Habían llevado la sesión allí porque en el campus de San Lorenzo no había garantías, indicaron.
Retiraron las vallas y forcejearon con los guardias a quienes prácticamente pasaron por encima. Mediante esa presión buscaron torcer la voluntad de los docentes, quienes prefieren mantener su hegemonía en la Universidad.
Esta acción sirvió de “excusa perfecta” para que se decida levantar la sesión y dejar para dentro de dos semanas el tratamiento de uno de los puntos neurálgicos de la reforma del Estatuto de la UNA. “Por falta de garantías se levantaron los asambleístas, hubo invasión y además el sistema de seguridad nos dijo que no había más garantías”, enfatizó el rector Abel Bernal, al estimar que recién en dos semanas se convocaría otra vez a la AU.
Sospecha. Para los estudiantes se veía venir una decisión adversa a sus pedidos. Desde que se decidiera que la votación sea secreta, los manifestantes sospecharon una aparente maniobra que iba a pasar por alto previos acuerdos a los que habían arribado con varios asambleístas (docentes y no docentes).
No obstante, adentro, algunos confiaban que reunirían los votos necesarios para que se imponga la anhelada paridad o que ningún estamento tenga mayoría propia. “Creo que íbamos a ganar y parece que esa fue la impresión que se generó en la Asamblea: un docente de Ciencias Médicas dijo que si la votación se hacía con coacción que queden anulados los resultados de la asamblea y ahí comenzó a entrar la gente”, contó Carolina Noceda, asambleísta estudiantil de Veterinaria. Los tres estamentos de su facultad al igual que de Odontología y Arquitectura comprometieron sus votos a favor de los universitarios. Eso sin contar el sufragio cautivo de representantes que buscan dar un corte definitivo al impasse.
El mandato de los asambleístas fenece el 15 de octubre y algunos, incluso, ya están pensando en renunciar.