Comencemos ya este saneamiento.
Dividamos el artículo de hoy en dos partes.
La primera lo que hay que borrar, quitar, limpiar o como quieran llamarlo.
El Paraguay tiene un cáncer que hay que extirpar: La corrupción en todos los ámbitos. Abarca personas e instituciones. Hay que fijar bien en concreto lo que es. También proponer la solución. Aunque esta sea tan costosa como algunas medicinas contra el cáncer, de la que una sola toma vale muchos millones.
También, es antiguo el clientelismo. Solamente sube y doy cargo de poder al que es de mi partido. Hay correligionarios, son chanchos, pero son chanchos de mi corral.
Por los desalojos los campesinos van perdiendo todas las tierras. Trescientos mil de ellos ahora están sin ellas. ¿Como vivir?.
Algo nuevo entre nosotros: el endeudamiento progresivo.
Y la última joya: la militarización como modo de Gobierno.
La segunda parte de este saneamiento trata de poner al alcance del pueblo aspectos esenciales de la vida.
Por ejemplo, Reforma Agraria Integral para los campesinos. Hemos de frenar su desaparición por humanidad hacia conciudadanos abandonados, por soberanía territorial y alimentaria.
Con los impuestos pagamos la salud con medicamentos que necesitamos. No es un regalo que hay que agradecer. Es un derecho que tenemos que recibir.
Con los impuestos pagamos, también una educación de calidad a todos los niveles. Desde los jardines de infantes hasta el doctorado en una buena universidad. Esto no existe.
El salario mínimo obligatorio para todos es un derecho inalienable.
He presentado nueve aspectos para comenzar.
¿Comenzar a qué?
A exigirlo ya. De otro modo las elecciones seguirán hipotecándonos el futuro. El presente ya lo perdimos.