Con una de las mayores pantallas curvas jamás hechas, el esperado S8 es el primer teléfono premium del gigante surcoreano desde la debacle del Note 7 en octubre, que le restó 5.480 millones de dólares en beneficios. Dos versiones del Galaxy S8 fueron presentadas ayer en un evento ante los medios en Nueva York, con pantallas curvas de 15,75 y 14,73 centímetros, las más grandes hasta la fecha para los teléfonos móviles premium de Samsung. El S8 incluye el nuevo servicio de inteligencia artificial de Samsung, Bixby, que funciona por voz similar al Siri de Apple. También hay una nueva aplicación de reconocimiento facial, que permite que los usuarios desbloqueen los dispositivos con solo mirarlos. También un adaptador, llamado Samsung Dex, que permite trabajar en el smartphone con una pantalla y un teclado separados, haciendo que el teléfono haga las veces de ordenador. Reuters-AFP