“Es un disparate”, calificó a la teoría de la posibilidad de recusar a los senadores que firmaron el libelo acusatorio contra los ministros de la Corte Suprema de Justicia.
Indicó que esa posición la asumen por “desconocimiento de la naturaleza y de la doctrina del juicio político”.
Según indicó, “aunque se llame juicio político, en realidad no es un juicio, sino un procedimiento político, por causa política, realizado por un órgano político, a funcionarios que ocupan cargos políticos, por una causa política y que finalmente produce un efecto político”.
Indicó además que se lleva a cabo al solo efecto de remover, o no, al o los funcionarios del cargo, y no para determinar una pena, ya que finaliza con la remoción o no del enjuiciado.
Aseguró que eso es lo que enseña la doctrina del juicio político.
Señaló que por ello no se lo puede comparar con un juicio ordinario, donde existen procedimientos y tiempos establecidos.
Subrayó además que el procedimiento debe ser rápido, porque produce una crisis institucional.