Por Stefanie Céspedes | @BetiStef
Desde el lejano continente, el sacerdote católico comenta que es una tradición que las madres queden en su casa un mes completo luego de dar a luz y que al completarse los 30 días regalen tortas a sus conocidos, ya que se cuenta como el primer año del bebé.
Dentro de ese marco, el hospital católico de Kaoshiung, ubicado al sur de Taiwán, habilitó un piso con más de 20 camas para recién nacidos y sus madres, con el objetivo de que reciban cuidados permanentes durante un mes.
“Este hospital lleva más de 60 años brindando el servicio de obstetricia y es muy reconocido en ese ámbito, resguardan a la madre y el niño con el acompañamiento de profesionales médicos y enfermeras”, explica.
Los primeros niños y madres que usufructuaron el lugar fueron bendecidos por el sacerdote paraguayo, que fue llamado para la apertura oficial del servicio. Fue lo que destacó un periódico digital del mencionado país: udn.co.
Su carisma y buena voluntad para con los demás hace que su labor resalte entre los demás, según manifiestan los compatriotas que asisten a las misas en español cada mes.
Si bien son pocos los paraguayos que acuden con regularidad a la iglesia, confiesa el religioso, “compartimos mucho tiempo juntos, por ejemplo, tomando tereré y hablando sobre nuestro día a día, ya que la mayoría son estudiantes”, comentó.
Semana Santa. En una entrevista paralela, también desde Taiwán, la compatriota Monita Leiva comparte anécdotas vividas en compañía de “Pa’i Carlos”, como lo conocen en ese lejano lugar del mundo.
“Aquí la Semana Santa es muy diferente, pero él hace que nos sintamos muy cerca de Dios y de nuestras raíces, no solo por presidir la misa en castellano, sino que también hace las representaciones religiosas, como la entrada a Jerusalén, montado sobre un caballo ya que no se consigue burro por aquí”, manifiesta.
Un pedazo de Paraguay en Taiwán. El patio de la iglesia de “Pa’i Carlos” es considerado “un pedazo de Paraguay”, ya que allí tiene plantas de lima, yvapurũ y laurel que él mismo llevó desde su amada tierra. Monita Leiva resalta que “ni el tifón pudo con sus plantas paraguayas, ellas sobrevivieron porque son fuertes”.
Los paraguayos, muy apegados a sus raíces, siempre aprovechan las fechas especiales para participar de las misas que preside el sacerdote Carlos César López Ysasi, inclusive llevan sus artículos típicos que representan la tierra guaraní para que sean bendecidos.
En el altar ofrecen como una ofrenda banderas, termos de tereré, chipa, sopa paraguaya, tejidos con ñandutíes o de ao po’i; mientras que las mujeres van vestidas con typói y largas trenzas, representando a la sacrificada kuña paraguaygua.
De esta manera, “Paí Carlos” recibe el cariño de los compatriotas y los taiwaneses, a quienes brinda apoyo espiritual, emocional y el acompañamiento en diferentes momentos de la vida, ya sea como guía espiritual o como amigo.