El vuelo que trasladó al equipo de ÚH a la delegación azulgrana a la capital argentina cumplió en tiempo y forma los horarios hasta que casi llegamos antes de lo previsto.
El vuelo no tuvo mayores turbulencias, pero algún que otro jugador de Cerro, que no logramos identificar, se pasó bromeando en el aterrizaje.
Bonanza. La lluvia trae bonanza suelen decir algunos. Cuando pisamos suelo porteño nos recibió un chaparrón seguido de un cambio de temperatura. Los 30 grados que reinaban en la ciudad se convirtieron en 20 en cuestión de minutos.
El pronóstico de lluvia se extiende hasta mañana y no así para el horario y día del partido. Al menos no se tiene el sofocante calor asunceno.
Gran ambiente. El ambiente para el partido es el mejor. Tanto para los hinchas de Boca como para los aficionados de Cerro que prácticamente agotaron sus localidades.
Entre hoy y mañana se tiene previsto el arribo de varios buses provenientes de Paraguay. Se prevén 4.500 hinchas.
Inseguridad. A pesar de que es una de las ciudades más atractivas de la región y del mundo, Buenos Aires presenta un alto índice de inseguridad en la vía pública. Los consejos y sugerencias de los encargados del hotel donde nos encontramos es portar únicamente los documentos y evitar llevar celulares y mucho dinero en los bolsillos.
Entusiasmo. La pasión dividida en Argentina está marcada en todos los lugares.
Los fanáticos de River y Boca están a la orden del día. Muchos de ellos vaticinan una semifinal de la Copa entre ambos clubes.
Argentino y paraguayo. Nos tocó conocer a Andrés Ortiz, un joven taxista argentino que vivió 18 años en Paraguay.
El es taxista, pero hijo de paraguayos. Andrés nos relató sus buenos recuerdos en Paraguay y afirmó tiene deseos encontrados de que gane Cerro, a pesar de que se declaró fanático de Boca.
