El dirigente procesado por la masacre de Curuguaty manifestó una vez más su indignación por estar recluido y relató con detalles la nueva causa por el que está guardando reclusión: una supuesta invasión a la propiedad privada y toma de rehén, ocurrida en el año 2008 en la localidad de Pindó, Yasy Cañy. “En la localidad donde estábamos llegaron unos brasileños que compraron 260 hectáreas en medio de la comunidad donde teníamos escuelas, oratorios. Nuestra escuela se encontraba en medio del sojal y los brasileños no respetaban y fumigaban a su gusto. La comunidad se unió para intervenir; les dijimos a los brasileños que no llenen de agrotóxicos el lugar y ellos se retiraron”, comenzó relatando Villalba, que sostuvo que ocho días después de haberse retirado los brasileños llegó a la comunidad una comitiva fiscal y policial para respaldar a los colonos, dueños de los sojales.
El hombre, que está recluido en Tacumbú, también denunció el trato hostil que recibió de parte de los policías en Curuguaty cuando le otorgaron la prisión domiciliaria el pasado 13 de abril.
“Cuando me bajaron en la comisaría de Curuguaty me dijeron que tenía que volver a Tacumbú. Me trataron como delincuente, como si fuera un bandido”, se quejó Rubén Villalba.