Estimó que este año, el costo a nivel país para el control de la roya ascendería a 294.6 millones de dólares.
Morel explicó que se observa una epidemia severa en las regiones de Alto Paraná, Canindeyú, Caaguazú e Itapúa, agravada por la baja eficacia de los fungicidas tradicionales, lo que genera un alto número de aplicaciones aumentando el costo de producción a la ya reducida productividad, lo que puede derivar en el control insostenible de la enfermedad.
Francisco Regis Mereles, presidente del Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (Senave), manifestó que la institución está delineando las acciones que serán implementadas con el objetivo de mitigar los efectos y controlar la enfermedad.
Aclaró que lo antes posible serán convocados representantes de los sectores productivos de manera a socializar las medidas.
Dijo que entre otros aspectos se está analizando la eficacia y la duración de la pausa fitosanitaria para el cultivo de la soja, así como la escasa disponibilidad de materiales genéticos resistentes a la enfermedad.