La mandataria celebró hoy un mitin en Sao Paulo, que marca el lanzamiento de su campaña a la reelección para los comicios del 5 de octubre, y ante 500 militantes de la Central Única de Trabajadores (CUT), principal unión de sindicatos del país, dijo que buscará superar las turbulencias de la crisis mundial sin poner en riesgo la política de creación de empleo.
“El pueblo y el Gobierno le dimos una goleada a los pesimistas que decían que el Mundial de fútbol iba a fracasar. Ahora tenemos que darle una goleada a los pesimistas en la elección”, sostuvo.
Ante los principales dirigentes de la CUT, considerado brazo sindical del gobernante PT, insistió: “No fui electa ni seré reelecta para reducir el salario del trabajador, para poner al país de rodillas. Puedo desagradar a algunos, no gustarle a todos, pero no traiciono mis principios, ni mis compromisos ni a mis aliados”.
Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), comparó su tono con el de su mentor político, Luiz Inácio Lula da Silva, en 2002.
“En 2002 logramos decir que la ‘esperanza venció al miedo’ mientras que ahora vamos a decir que ‘la verdad vencerá al pesimismo’”, sostuvo Rousseff, en crítica a quienes cuestionan el rumbo de la economía del país.
Si bien no mencionó al expresidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2002), del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), apuntó que aquel gobierno “se arrodilló tres veces” ante el Fondo Monetario Internacional (FMI) para superar la crisis financiera en 1999, 2001 y 2002.
Rousseff recordó que la crisis internacional en 2008 fue la peor desde 1929 y que la salida de ella para Brasil es “garantizar la política de valorización del salario mínimo y el avance de la renta para los trabajadores”.
En ese sentido, intentó diferenciarse de su principal contendiente y segundo en las encuestas, Aecio Neves, del PSDB, a quien no citó directamente en su discurso.
“No podemos dejar que aquellos que combatieron las crisis con reducción de salarios y le echaban la culpa al trabajador sigan diciendo que la culpa es del trabajador y que ellos no tuvieron nada que ver”, afirmó.
La mandataria sostuvo que su modelo económico garantiza “remedios” contra la crisis internacional y enfatizó que antes de la llegada de Lula a la Presidencia, en 2002, el país se contagiaba de una “neumonía”.
Se refirió también a que su Gobierno sentó las bases para un “nuevo ciclo de desarrollo con inclusión social en Brasil” y prometió “hacer más” y “sin conformismo”, al defender las convenciones colectivas de trabajo y aumentar los derechos del movimiento trabajador.
La mandataria garantizó que el país tiene una política energética eficiente a diferencia del estado de Sao Paulo, que según ella “no tiene agua”, en crítica al gobernador Geraldo Alckmin, del opositor PSDB, que enfrenta una crisis por falta de agua potable.
El acto estuvo organizado por la mayor central obrera de América Latina, fundada por Lula, cuyo titular, Vagner Freitas, le entregó a Rousseff una agenda del movimiento obrero.
La CUT reclama una reforma agraria política y tributaria con la abolición del Senado y la creación un impuesto sobre grandes fortunas y herencias, ampliar la tributación y el lucro de las ganancias obtenidas en el mercado financiero, según el texto.
Entre los presentes estuvieron el titular de la CUT, Vagner Freitas, y Alexandre Padilha, exministro de Salud y candidato a gobernador de Sao Paulo por el PT.
