23 abr. 2024

Rodríguez se luce y Cerro ratifica paternidad en 2015

Cerro Porteño se volvió a quedar con el clásico de verano, con la revancha disputado este domingo en el Defensores del Chaco, mediante el tiro penal (3-2). El arquero Rodolfo Rodríguez tapó dos penales para dar el triunfo al equipo de Barrio Obrero. En tiempo normal, como en Buenos Aires, también volvieron a empatar 1-1.

Después de un clásico trabado, Cerro Porteño y Olimpia tuvieron que recurrir a los penales para definir la revancha del clásico de verano disputado este domingo en el Defensores del Chaco. En los 90 minutos volvieron a igualar 1-1. El Decano se adelantó con un cabezazo de Carlos Rolón, pero Blas Cáceres empató el compromiso.
En los penales se lució el arquero Rodolfo Rodríguez al atajar desviar los tiros de Iván Torres y Eduardo Aranda. Mientras que Cristhian Ovelar falló el remate decisivo.
EL PARTIDO. Cerro Porteño tomó la iniciativa del clásico, ausente Jonathan Fabbro, fue impulsado por un activo Daniel Güiza, esta vez abocado a una tarea organizativa corriendo suelto por todo el centro de ataque. El Ciclón echó sus cartas por el lado izquierdo, pero no supo sacar ventaja de las corridas insistentes de David Mendieta, irresoluto en el pase final y sin buen diálogo futbolístico con Blas Cáceres.
El Decano igual que su enemigo deportivo propuso el mismo ritmo, pero las ganas no incidieron para que el partido despegue sino a los últimos minutos de la primera fase. Con Carlos Guerreño, como as y estaqueado hacia la banda derecha, no escribió mejor historia ya que el equipo estuvo apresurado cuando tuvo la pelota a la vera del área.
La posibilidad más importante llegó a los 27' cuando se posicionó como “falso nueve”, pero Bruno Valdez se repuso in extremis para solucionar su despiste. La lesión del Zorro Bareiro (28 min) rompió el esquema inicial del “doble nueve” y Nery Pumpido apostó por la inventiva de Juan Manuel Salgueiro.
El charrúa intentó deshacerse de la monotonía con un remate desde larga distancia, como lo hizo mucho antes Iván Torres con una arremetida que Carlos Javier Acuña finalizó con defectuoso disparo.
Después el Azulgrana retomó el mando con mayor fuerza y ahí se evaporaron las insinuaciones. Así fue que Víctor Hugo Mareco (31 min) se encontró con el balón en zona caliente, pero un leve desvió de Torres fue suficiente para evitar el gol de Cerro Porteño. La buena sensación siguió con José Ortigoza (36 min) ante quien relució la atajada de Cristian Campestrini.
En el inicio del complemento, el Decano adelantó sus líneas e intentó imponer un juego más ofensivo. En ese desfasaje Campestrini mostró credencial de buen arquero cuando salió airoso tras un mano a mano con el Gitano, quien remató sin convicción ante el achique correcto del argentino (10 min).
El choque siguió trabado, más denso que bello como los clásicos de estos tiempos. No obstante, Olimpia impuso su fuerza aérea cuando Carlos Rolón cabeceó a gol cuatro minutos después una ejecución de Salgueiro y adelantar a la franja negra en el duelo revancha.
Ya con la desventaja, Astrada apostó por la velocidad de Cecilio Domínguez en zona de ataque. Además renovó aire con Miguel Paniagua por Rodrigo Rojas, que solo cumplió 15 minutos.
El Ciclón soplaba bajo en el Defensores y prácticamente en la mayor oscuridad deportiva consiguió la igualdad. La salida que parecía tranquila de Wildo Alonso fue bien taponada por “Pitu” Martínez para que Blas Cáceres fusile a Campestrini tras hacerse de la habilitación de Güiza. Corrían 30 minutos.
En los últimos minutos, Olimpia mostró más resto físico y además la ambición por desnivelar el encuentro y no dejar la definición desde el punto penal. Salgueiro, con un disparo que embolsó bien Rodolfo Rodríguez, y otro cabezazo desviado de Cristian Ovelar fueron las opciones principales, hasta que el clásico finalizó con algunos conatos de violencia que involucraron a Campestrini, Fidencio, Valdez y Paniagua entre los actores principales.