Solo en la capital regional, Río de Janeiro, la segunda mayor ciudad de Brasil, fueron decomisados en enero y febrero 27 fusiles, el triple de los confiscados a lo largo de 2016.
El año pasado, el estado de Río de Janeiro batió el récord de fusiles incautados por las autoridades (371), con lo que en los últimos diez años, el total de fusiles decomisados allí llega a 2.615.
El aumento del número de armas incautadas en Río de Janeiro llevó a la Policía Civil a tener nuevamente una unidad especializada en la investigación sobre la procedencia de las armas que llegan al estado, tras haber sido desactivada en 2011.