El joven que quedó parapléjico por culpa de un policía habló desde su lugar de internación. Richard Pereira Ramírez (25) recordó que no le dijeron el motivo de su aprehensión, lo tiraron al suelo y le dispararon sin mediar palabras, y asegura que la Policía Nacional plantó evidencias.
En una entrevista con Radio Monumental, la víctima del disparo de arma de fuego por parte del suboficial Johnie Orihuela de la Comisaría Cuarta metropolitana habló y dio detalles de cómo lo maltrataron y que le plantaron evidencias.
¿Cómo empezó? “Eran 4.45 del sábado, yo venía para prestarle el vehículo (Peugeot 204) a mi papá. Ellos me empiezan a seguir desde 21ª Proyectada y Brasil. Me venían siguiendo con las luces apagadas cuando me percaté”, mencionó Richard, quien aseguró que antes no tuvo ningún incidente.
Explicó que él trató de llegar normalmente a su vivienda, y que estando a cuadras encienden las balizas y la sirena, y “me quedé nomás ya”. En ese momento, baja del rodado con las manos arriba, y se recuesta en el vehículo. Esto ocurrió en 24ª Proyectada y Pa’i Pérez, de Asunción.
“El oficial, muy proponente, me dice: ‘Eñesu suélope’. Y yo me recosté en mi vehículo nomás. En ese ínterin me agarra de la campera, me zarandea hasta que logra que caiga al suelo. Y cuando logro caer al suelo, me apunta con su arma y ya siento el tiro. Directamente”, asegura el joven.
En todo momento él siguió consciente, pero “lo único que no sentía era la rodilla y no podía mover las piernas”. Y agrega cómo la Policía intenta incriminarlo con un arma de fuego.
¿Disparó? Cuando fue herido, el comisario principal Jorge Zárate baja del vehículo. Luego alzan a Richard a la carrocería de la patrullera para llevarlo al Hospital de Barrio Obrero.
“En ese ínterin que me llevan al Hospital de Barrio Obrero, el oficial estando en la carrocería me obliga a que agarre su arma. Intenta, pero cierro el puño con toda mi fuerza, y hace como dos disparos al aire libre teniendo mi puño abajo. El suboficial iba conmigo en la carrocería y el comisario manejaba”, enfatizó la víctima.
Richard aseguró que él no tenía arma, y que “nunca llegó a tener” una. Además indicó que después recién se enteró de que la Policía informó que él estaba armado y que encontraron droga en su vehículo.
Su padre, Richard Pereira, asegura que su hijo nunca tuvo antecedentes con el alcohol, ni drogas, ni tampoco con cigarrillos.