La migración “aporta nuevos recursos que impulsan el crecimiento del país”, afirmo el exmandatario (2000-2006) en un artículo publicado en su página web, en el que recuerda que la población migrante supone hoy el 2,7 % de la población chilena, frente a un 0,8 % que representaba en 1990, a fines de la dictadura de Augusto Pinochet.
Ese 2,7 % representa a unas 480.000 personas, de las que el 70 % provienen de países sudamericanos, principalmente de naciones vecinas.
Matizó, sin embargo, que pese a que ese aumento de la migración “ha configurado un nuevo Chile en lenguas, color y cultura, está muy lejos del 3,1 % de la inmigración a nivel mundial o del 10 % de los países de la OCDE”.
Según el político chileno, que prepara una nueva candidatura presidencial, la baja tasa de natalidad de Chile, de 1,9 hijos por mujer, transforma a los inmigrantes “en un importante capital humano y de renovación de la fuerza laboral”.
En ese contexto, Lagos planteó la necesidad de renovar un todavía vigente decreto dictado por Pinochet en 1975 para regular los asuntos migratorios y que a su juicio, “basa su principios en impedir el ingreso de personas al país, restringiendo su flujo en nuestras fronteras”.
También, añadió, se deben generar facilidades para que jóvenes extranjeros estudien en Chile, “sobre todo aquellas carreras que tienen poca matrícula nacional”.
Precisó que para que lo anterior se concrete “se deberían definir programas universitarios comunes en América Latina, que generen una red educativa integrada y que desarrollen proyectos que respondan a las necesidades de la región y permitan que el nivel de educación no sea un problema al momento de trasladarse de un país a otro”.
También, precisó, se debe simplificar la convalidación de títulos universitarios, que en la actualidad es un proceso “muy burocrático, que impide la inserción de profesionales en el mundo laboral”.
“Al facilitar este proceso se podrán integrar más especialistas a sectores en los que hoy hacen mucha falta, como la Salud”, sostuvo.
Para Lagos, “la región vive un proceso de integración que estimula el desplazamiento interno de parte importante de su población y, en el caso específico de Chile, estos últimos años de crecimiento económico y estabilidad política, lo convirtieron en un país atractivo para la migración”.