ROMA - ITALIA
Más de 4.650 inmigrantes fueron salvados con vida frente a la costa de Libia y se recuperaron 28 cuerpos, con lo que el número total de personas rescatadas en las últimas 48 horas se acercó a las 11.000, dijo la guardia costera italiana ayer.
Más de 20 personas se asfixiaron en la bodega de un barco pesquero sobrecargado, y sus muertes llevaron el número total de fallecidos durante el lunes y martes a 50. Funcionarios italianos dijeron que tres mujeres salvadas el lunes dieron a luz en las últimas 24 horas en un buque de guardacostas que llevaba a 1.000 refugiados a Sicilia.
La guardia costera dijo que los inmigrantes del martes fueron rescatados de 33 barcos, incluyendo 27 botes de goma y una embarcación de madera que se cree llevaba alrededor de 1.000 personas.
22 cuerpos. Un fotógrafo de la Agencia France Press, que estaba a bordo de un barco alquilado por una ONG española para ayudar en las misiones de rescate, fue citado diciendo que había contado 22 cadáveres en esa embarcación. El fotógrafo dijo a medios italianos que pensaba que otros cadáveres todavía estaban en la bodega. En su punto más cercano, Libia está a unos 290 kilómetros de la isla italiana de Lampedusa y los traficantes de personas han aprovechado el caos en el estado del norte de África para usarlo como su principal escala en la región para iniciar los viajes hacia Europa. La guardia costera dijo que nuevas operaciones de rescate estaban en marcha el miércoles, pero muchas menos que en los dos días anteriores.
afganos forastero. Hace 3 décadas que Mohamad Anwar se fue de Afganistán. Ahora regresa, como miles de refugiados afincados en Pakistán, pero con la amarga sensación de encaminarse hacia el exilio, a una patria de la que apenas tiene recuerdos y que sigue en guerra. Pakistán acogió a millones de refugiados afganos como Anwar, que huyó de la invasión soviética cuando tenía 7 años. Desde hace un tiempo decidió desentenderse de ellos y los incita a irse pese al riesgo de crisis humanitaria. A su regreso, estos afganos engrosan el número de desplazados internos hacinados en unas ciudades desbordadas. Anwar está desanimado y le cuesta entender lo que le está pasando. Se dispone a amontonar sus escasos bienes en un camión. Se va pero su corazón se queda en Peshawar, la ciudad del noroeste de Pakistán en la que creció.