Los náufragos dejaron amarrado su embarcación en las rocas de la isla, pero la fuerte corriente la arrastró. La misma fue encontrada abandonada, lo que llamó la atención y movilizó a los rescatistas.
El grupo, integrado por tres hombres y dos mujeres, quedó aislado y casi sin ropa ni recursos para sobrevivir, informó Infobae.com.
Lyn Forbes-Smith, una de las rescatadas, explicó que estaban casi resignados a tener que pasar la noche en la pequeña isla, aunque confiaban en que sus amigos del continente notarían su ausencia y darían una alarma para su búsqueda. Pero no sabían cuánto tiempo podía demorarse y temían que la marea alcanzara su refugio.
El barco quedó a la deriva entre las islas Brampton y Cockemouth, al noreste de Australia.
Entonces decidieron utilizar el recurso más antiguo: escribir un mensaje de socorro gigante con las siglas SOS.