El trabajo de inspección provocó la reacción de los reclusos, quienes se opusieron iniciando un motín; sin embargo, tras calmarse la situación, se procedió a la verificación de las celdas del Pabellón E, donde se hallan 75 reos, entre condenados y procesados. Del lugar requisaron unos 40 cuchillos y estoques de fabricación casera y tres sogas hechas con varilla de hierro y telas (restos de toallas y sábanas). Todas ellas estaban tiradas en el piso dentro del pabellón, por lo que no se pudo identificar a los dueños, explicó Ricardo Núñez, director del penal.
Agregó que el intento de amotinamiento se produjo para evitar el control. “Nosotros accedimos a información, a través de un trabajo de inteligencia, de que un grupo de reclusos estaban en plan de fuga, por eso decidimos verificarlo”, expresó.
Remarcó que cada semana eligen un pabellón para la verificación correspondiente, pero que pese a los controles, los internos se ingenian para fabricar las armas.
“Estamos trabajando por su bienestar, hay reclusos que se esmeran en trabajar y estudiar para superarse, pero así también hay reclusos de altas condenas que buscan desestabilizar el ambiente”, señaló el director. (J.R.)
