Renzi dimitió el pasado diciembre después de que los electores italianos rechazaran por mayoría en referéndum la reforma del Senado, una de las medidas estrella de su Administración.
En febrero también decidió dejar el cargo como secretario general del PD y favorecer la celebración de estas primarias que tendrán lugar hoy.
Serán abiertas por lo que podrán votar todos los ciudadanos que lo deseen con el pago previo de dos euros desde las 8:00 horas locales (6:00 GMT) hasta las 20:00 locales (18:00 GMT).
Renzi es el favorito y ya el pasado 2 de abril arrasó con el 68 % de los votos en la primera votación para recuperar la secretaria del PD en la que participaron los militantes.
No obstante, se teme que hoy pueda haber una baja participación y por ello el político florentino hizo un llamamiento a todos los electores.
“Dicen que si solo un millón de personas va mañana a votar será un fiasco. Ignoran que un millón de personas que va a votar representa una fuerza extraordinaria”, escribió Renzi en un comunicado.
Aún así, pidió “superar esta cifra” para que mañana se celebre en el país lo que llamó la “fiesta de la democracia”.
Renzi tenía ayer programada una visita a la ciudad de Caserta, en la región de Campania (sur), pero pospuso el acto para responder dudas de sus votantes vía Facebook.
De sobra es conocida su afición por acudir a las redes sociales y precisamente estas han sido las herramientas de las que este sábado ha hecho gala para mostrar un último acercamiento con sus votantes antes de hoy.
Con ellos, ha conversado sobre algunas cuestiones de actualidad como la situación de la aerolínea Alitalia, que tiene serios problemas de liquidez y cuyos trabajadores bloquearon recientemente el plan industrial que pretendía poner en marcha para sanear sus cuentas.
“No se puede decir ‘los trabajadores han votado mal, hay que castigarlos’. Sería alucinante”, subrayó.
Antes de ayer, estuvo en campaña en Bruselas para demostrar, dijo, que su partido es “profundamente europeísta”, pero también aprovechó la ocasión para reivindicar un cambio en las políticas comunitarias.
Haciendo gala de su imparable verborrea, lanzó un mensaje a los presentes, “Europa sí, pero no así”, y reflexionó sobre la necesidad de poner fin a las políticas de austeridad y apostar por las de crecimiento.
Derrotado el 4 de diciembre al perder el referéndum constitucional, Renzi trata de recuperar la simpatía de los electores italianos para volver a ser primer ministro de Italia.
Pero primero debe recobrar el apoyo en las filas del PD donde en los últimos meses tuvo que hacer frente a discrepancias internas que desembocaron en la escisión de una parte del partido.
Mañana le desafían dos miembros: Orlando y Emiliano.
Orlando juega la baza de ser el candidato capaz de recuperar la ilusión de los votantes descontentos y que en los últimos tiempos se han alejado del PD.
“Hoy se decide no solo qué candidato liderará el PD, sino también si se apuesta por el centroizquierda o se decide hacer una alianza con (el centro derecha de Silvio) Berlusconi”, dijo durante la inauguración de un albergue en la localidad de Norcia, una de las afectadas por los terremotos que han sacudido el centro de Italia en los últimos meses.
Orlando se refirió así al giro al centro que experimentó, en su opinión, en los últimos meses el Ejecutivo de Renzi.
El segundo candidato es Emiliano, el más crítico con la gestión del partido por parte del político florentino y también quien goza de menos apoyos en las filas del PD.
Emiliano formaba parte de la minoría crítica que ha acabado por separarse y por formar el movimiento Demócratas y Progresistas, con históricos dirigentes como Pier Luigi Bersani o Massimo D’Alema.
Emiliano optó por permanecer en el PD pero, tal y como ya confirmó en el debate que mantuvieron los tres candidatos en televisión esta semana, aunque pierda no dejará de hacer “oposición constructiva” a Renzi.
Laura Serrano-Conde
