Fundada por la cubana Diley Greiser, emigrada a pequeña edad durante el éxodo de Mariel, el proyecto surgió en el afán de esta mujer de “hacer algo positivo” ante el difícil momento personal que vivió tras el fallecimiento de una hija al nacer.
“No solamente es darles el vestido, es que las niñas entiendan que son importantes y que la comunidad está detrás de ellas, que queremos que sepan que las queremos”, manifestó a Efe Greiser, quien hoy encabezó una jornada de distribución de vestidos en la localidad de Victorville, a unas 80 millas (128 kilómetros) al noreste de Los Ángeles.
“Todo el mundo necesita ayuda alguna vez en su vida y aquí estamos para ayudarlas”, añadió esta madre de tres chicos y que en su infancia “no tenía más que un vestidito”.
Sabedora de cómo es la cultura estadounidense, Greiser entiende “cómo afecta en su autoestima a las niñas” no tener ropa para ir a “la fiesta de prom”, un evento costoso y que entre vestido, maquillaje y zapatos puede representar hasta unos 500 dólares.
Según dijo, cada año Rena’s Dresses regala más de 300 indumentarias nuevas, o que las donantes usaron una sola vez, además de unos cuantos trajes para los graduados.
“Yo he oído algunas historias tristes, con desconsuelo, porque extrañan esa experiencia importante en su vida, porque una cosa tan pequeña como el dinero se metió de por medio”, señaló a Efe Denise García, una estudiante de último año de la escuela Hesperia, en el condado San Bernardino, en California.
García ha acudido a recoger su vestido en vista de que su madre Isis perdió el empleo y los ingresos de su padre no bastan para hacer frente a los gastos de graduación.
Gracias a sus buenas calificaciones, y tras obtener una beca en la escuela de enfermería de la Universidad de San Francisco, Rena’s Dresses le ha proveído un vestido, joyas y zapatos para su baile de graduación, los cuales no hubiera podido costear.
“Es más fácil para una joven venir a un lugar donde tienen muchísimos vestidos bonitos, que se pueden medir y encontrar el adecuado para esa noche perfecta”, explicó la joven ante decenas de atuendos donados por personas de todo Estados Unidos.
Christine Chávez asistirá a la fiesta de su escuela Apple Valley el próximo 22 de abril y junto a María, su madre, acudió por su atuendo a esta jornada de distribución que empezó este sábado.
“Lo que significa para mí es que nuestra comunidad se está juntando y transformándose en unidad”, declaró Chávez.
“Como joven latina es bello saber que hay gente por ahí, como nosotras, de nuestra nacionalidad, que están dispuestas a construir una forma de unidad para que podamos ir (a la fiesta)”, agregó.
Las estudiantes que pasen por un momento de dificultad económica y deseen recibir un vestido de esta organización, deben ponerse en contacto a través de un representante de su centro de estudios, un trabajador social o una organización comunitaria.
