“Te da mucha pena que un alumno salga del colegio sin poder jugar el partido en este siglo XXI”, señala en una entrevista con Efe la religiosa, por muchos años directora del colegio Montserrat de Barcelona y actualmente superiora general de las Misioneras Hijas de la Sagrada Familia de Nazaret.
Fue la preocupación por el fracaso escolar la que le llevó a indagar en la teoría de las inteligencias múltiples. Del Pozo, quien esta semana estuvo de visita en Argentina para disertar en el quinto Congreso Nacional sobre Educación y Tecnología Educando en la era digital, explica que esta teoría postula diferentes tipos de inteligencias con diverso nivel de desarrollo en cada persona.
Hay una inteligencia “intrapersonal”, que ayuda a reconocerse y aceptarse a sí mismo; una “interpersonal”, que permite la empatía; la lingüístico-verbal y la lógico-matemática, en las que la memoria es un factor importante; la cinestésica-corporal; la musical; la visual-espacial y la inteligencia “naturalista”, enumera.
Aplicada a la educación, la teoría supone reconocer las “inteligencias” que destacan en cada alumno para potenciarlas y, al mismo tiempo, incentivar las menos desarrolladas.
En la práctica, este modelo se traduce en que los contenidos curriculares se abordan desde un proyecto diseñado a la medida de cada alumno, con actividades específicas para cada uno, un modelo en el que el profesor se convierte en coach (entrenador), guiando el proceso, suscitando preguntas en el alumno y estimulándolo en la adquisición de conocimientos.
Del Pozo no nació en la época del móvil, pero hoy no concibe su tarea sin una tableta. Dice que los alumnos pueden aprender a hacer un examen por Twitter y llevar el teléfono a clases.