Desde hace 25 años, puntualmente, cada mes de marzo, los agricultores organizados en la Federación Nacional Campesina (FNC) realizan su tradicional marcha hasta el centro de la capital para presentar sus reclamos ante las autoridades.
La primera marcha campesina se realizó el 15 de marzo de 1994, durante el gobierno de Juan Carlos Wasmosy, coordinada por la FNC, que aglutinaba a diferentes grupos de campesinos organizados de los distintos departamentos, muchos de los cuales eran parte de movimientos rurales que habían sobrevivido a la caída de la dictadura y comenzaban a fortalecerse.
En 1999 los manifestantes de la FNC fueron protagonistas del Marzo Paraguayo, pues fue justamente durante su presencia en la plaza que se desató la violencia. Y uno de los muertos fue el campesino Cristóbal Espínola.
Entre los movimientos sociales del Paraguay, las organizaciones campesinas fueron las que mantuvieron mayor poder de organización, movilización y resistencia, aún en los momentos de mayor represión desde el régimen dictatorial del general Alfredo Stroessner, y lo siguen siendo, aunque también constituyen uno de los sectores más marginados y olvidados por los sucesivos gobiernos.
Este año la FNC reivindica el lema “Por reforma agraria, elegimos el poder popular”, planteando como punto central el problema de la propiedad de la tierra en el Paraguay. Según los datos del Censo Agropecuario del 2008, procesados en el Informe Yvyjara, elaborado por la organización Oxfam Internacional, el 90% de la tierra está en manos de unas 12.000 grandes propiedades que constituyen menos del 5%, mientras las fincas de la agricultura familiar, de menos de 20 hectáreas, apenas ocupan del 4,3% de la superficie agropecuaria total.
Ante esta realidad, el modelo económico que impulsa el Estado paraguayo sigue siendo de gran apoyo a la producción agropecuaria extensiva, mientras abandona o margina a la agricultura familiar campesina, que promueve principalmente la producción de rubros de consumo.
A ello se suma la carencia de mecanismos de defensa jurídica en los conflictos agrarios suscitados en torno a las tierras, un vacío procesal que afecta de modo directo al campesinado, según denuncia el Informe de Derechos Humanos Paraguay 2017 de la Coordinadora de Derechos Humanos del Paraguay (Codehupy).
El reiterado reclamo de la marcha campesina que hoy se realiza por vigésimo quinto año consecutivo sigue siendo una voz que debe ser escuchada, por sus protestas y sus propuestas, ya que en esta edición incluye además un Programa Nacional para la Producción Hortícola, que debería ser tenido en cuenta. Una vez más, los campesinos están en la capital. Es hora de que sus reclamos obtengan mejores respuestas.