Tras recuperar la embarcación de las aguas, el número de muertos en ese naufragio subió a 182, después de que otros doce cadáveres fueran sacados del interior del barco, según indicó el alcalde de la ciudad de Motobes, en la provincia de Kafr al Sheij, Ali Abdelsatar.
El barco salió de un punto de la costa perteneciente a esa provincia norteña egipcia, próximo a la ciudad de Rashid, donde están siendo llevados los cuerpos de los fallecidos, así como los supervivientes, que son más de 160.
Todavía no se ha podido determinar el número exacto de personas que viajaban a bordo del barco naufragado, pero las autoridades y los medios locales lo situaron entre 400 y 600, la mayoría de ellos egipcios, además de emigrantes de diferentes nacionalidades africanas.
Se cree que el barco se dirigía a Italia, hacia donde intentan emigrar cada año miles de egipcios, cifras que han aumentado en los últimos meses.
El presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, pidió ayer, domingo, a los ciudadanos cooperar con las instituciones para hacer frente a la emigración ilegal y prometió a los jóvenes crear más puestos de trabajo para que no tengan que marcharse en busca de una vida mejor.
Por su parte, el Gobierno egipcio prometió el pasado domingo intensificar la vigilancia en los puertos y las costas mediterráneas del país, que se han convertido en 2016 en el segundo punto de partida de emigrantes que viajan ilegalmente a Europa por mar, después de Libia.
