Por eso el pueblo, que es el soberano, tiene el derecho a poner condiciones a esa reelección.
En el Paraguay actual, para tres millones de paraguayos cercanos a la pobreza o hundidos en ella, la salud está muy mal en prevención, factibilidad y faltas de medicamentos.
Recuerden que a Lugo no lo derrocaron por lo mal que lo hacía, sino por el bien que hizo, el primero en la mejora de la salud.
En el Paraguay actual el 2% tiene el 80% de las tierras cultivables. Es urgente una Reforma Agraria Integral, al menos para ese 20% de tierras todavía al alcance del campesinado. Esto significa ni un desalojo más y una política pública de técnicos, préstamos desembolsables, caminos todo tiempo y mercado seguro.
En el Paraguay actual se hacen grandes construcciones para la clase alta o para su lavado de la plata. No existe una política pública para la creación de puestos de trabajo para los empobrecidos. Un modo podría ser darle valor agregado a los productos del campo.
En el Paraguay actual se da una confusión entre la ANR y el Estado. Y las decisiones privadas de este partido se toman como leyes o emprendimientos nacionales. Propiamente, el pueblo es el soberano y aprobó una ley magna, una Constitución, que solamente él sin trampas puede cambiar.
La pregunta era “¿Reelección?”. Y la respuesta es “¡¡Con condiciones!!”.
Quien quiera ser reelegido tiene que haber aprobado el examen de haber realizado las cosas más necesarias en el Paraguay: una Reforma Agraria Integral, una salud preventiva, eficaz y con los medicamentos, el aumento de trabajo para los más empobrecidos y principalmente el no confundir un partido con el Estado.