Los agentes murieron cumpliendo su deber, resaltó el comisario Abilio Lezcano, jefe de Orden y Seguridad, al recordar al subcomisario Erven Lovera, el oficial inspector Osvaldo Sánchez, y los suboficiales Jorge Rojas, Juan Gabriel Godoy, Wilson Cantero y Derlis Benítez.
“Recuerdo el pedido de auxilio del camarada y la impotencia en no poder ayudar. Lovera tenía su pistola en el pecho y fue con las manos arribas para conversar con ellos. Ahí le dispararon, no había necesidad”, relató el suboficial Fredy Toledo, quien estuvo al frente del grupo táctico que estaba detrás del jefe, a unos metros de la escena donde se inició la matanza, que terminó con 6 policías muertos y 11 campesinos fallecidos, además de varios heridos.
El sacerdote Fabio Recalde se encargó de realizar la misa. Mientras que, un pelotón se encargo de realizar las salvas de honor, luego de que los jefes policiales hayan depositado una ofrenda de flores en el monolito erigido en el patio del GEO.
Algunos de los agentes se quejaron de que ellos hayan sido olvidados por algunos sectores de la sociedad, presentándoles como los supuestos responsables del asesinato de los campesinos, quienes fueron los que iniciaron la refriega, señalaron.
Las viudas de los policías se mantienen unidas a través de un grupo de WhatsApp que crearon. La asistencia con víveres duraron cerca de un año por parte de la Policía Nacional, hasta que fue recortada. Del salario de sus maridos, sólo perciben el 80 por ciento, según señalaron.