Los rectores argumentan que la ley es muy nueva y aún falta desarrollar políticas de aplicación de la misma a favor de la excelencia.
El proyecto para modificar la Ley 4995 tiene como base la primavera estudiantil del 2015, contra el statu quo de las unidades académicas que “se gobiernan a sí mismas al amparo de interpretación forzada de la autonomía universitaria, el manejo arbitrario de recursos y la perpetuación de círculos de poder”.
El rector de la UNA, Abel Bernal, rechazó que siga la corrupción y resaltó el proceso de trasparencia. El vicedecano de Medicina, Gustavo Machaín, se manifestó en contra de la paridad.
La universitaria Liz Guillén criticó el alegato “del poder absoluto” de las autoridades de la UNA y pidió que dejen de usar la Educación Superior como un medio de lucro.