24 abr. 2024

Recomiendan cuidados para meter a niños al agua durante la temporada

Cuando las altas temperaturas reinan y el tiempo da, toda aquella familia que puede va a tras de un poco de frescura en algún arroyo, piscina o pileta. Y dentro del agobiado pelotón familiar están los más pequeños, con quienes se debe tener un especial cuidado cuando se los mete al agua.

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Niños juegan en una fuente de agua en Santiago (Chile) donde las altas temperaturas hacen que las personas busquen formas de refrescarse. EFE.

“Justamente con los más pequeñitos se deben tener especiales cuidados, ya que ellos tienen una piel sensible y sus defensas son bajas”, explica la jefa de Pediatría Urgencias e Internados del Hospital de Clínicas, doctora Viviana Sotomayor Giubi.

La pediatra explica que al tener un sistema inmunológico frágil son más propensos a contraer microorganismos por el contacto con la arena en las playas, por citar un ejemplo. “Pueden adquirir parásitos a través de la piel al estar en contacto con la arena”, señala.

Sotomayor hace un especial llamado a que los padres lleven a sus hijos, sobre todo si son pequeños, a lugares que se encuentran habilitados por las autoridades. En el caso de las piscinas particulares, abogan por ir a los lugares que ejerzan un control sanitario para quienes se meten al agua. “Hay que tener especial cuidado para saber dónde se lleva a los hijos”, sugiere la pediatra.

Entrecasa. Con relación a los chapuzones caseros para los más pequeñitos, la doctora Sotomayor recomienda que estas tengan una especie de techito para que los rayos del sol no afecten directamente a los niños.

Agrega también que los adultos no deben dejar de supervisar a los menores para evitar accidentes y verificar si el agua se encuentra limpia, ya que muchas veces pueden orinar en ella. Por tal motivo, no deben permitir que los niños metan las manos para tomar el vital líquido.

Sotomayor menciona que de ser posible se evite ubicar las piletitas en lugares donde les pueda tomar la corriente de aire y con ello causar al pequeño el clásico enfriamiento. Con relación al tiempo en que deben estar en el agua, destaca que los niños mayores de seis meses y el año y medio deberían ser sacados al menos cada 90 minutos.

“Cuando los saquen deben tener especial atención en el secado de los pliegues, es decir las rodillas, los bracitos, la zona genital y otras partes donde podría quedar algo de agua que podría producirles micosis”.

La pediatra detalla que los casos más comunes en esta época del año son los relacionados a gastroenteritis, fiebres y gripes. Tampoco deja de mencionar la importancia de que los padres no descuiden a sus hijos cuando entran al agua, ya que la otitis también es frecuente.

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