Los alumnos se congregaron hoy frente al Rectorado de la universidad para aguardar los resultados de la asamblea universitaria, que se reunió para debatir sobre los cambios en los ejes de gobierno de la UNA.
La asamblea resolvió dotar a los docentes de una mayoría que les permite tomar decisiones sin el consenso de los estudiantes, que reclamaban mayor participación en los órganos directivos de la universidad, explicó a Efe Alberto Acosta, estudiante de la Facultad de Ciencias Médicas.
Los docentes tienen dos tercios de los votos en los órganos de gobierno de la universidad, lo que merma la capacidad de decisión de los otros dos estamentos, estudiantes y egresados no docentes, ya que en caso de votaciones o quórum, son los profesores quienes tienen el poder.
“Pedimos que los docentes no tuvieran una mayoría absoluta para tomar decisiones. También exigimos que los cargos directivos no sean puestos de confianza, y que los cargos administrativos no sean designados por el rector de turno, sino que sean ocupados por concurso”, agregó.
Sin embargo, la asamblea rechazó estos tres pedidos, lo que expresa, según Acosta, que los docentes “no quieren un cambio transparente en la UNA, sino mantener un establecimiento que está robando a la universidad”.
Expuso que muchos docentes forman “grupos fuertes” en la universidad, a través de la designación de cargos de confianza, y pretenden “mantener el poder absoluto en la UNA”.
Acosta afirmó que existen irregularidades en las licitaciones vinculadas a la UNA, así como en la asignación de cargos docentes.
“Hay docentes que tienen seis rubros, cobran 50 millones de guaraníes (unos 9.000 dólares), pero solo dan una clase al año”, reveló.
El estudiante añadió que, con una mayoría de docentes en los órganos directivos de la universidad, están en juego los procesos de reforma de otros aspectos solicitados por los estudiantes, como la investigación o la extensión universitaria.
“Si no cambia el estatuto, y los estudiantes no tenemos participación, tendremos la misma institución, pero con personas diferentes”, advirtió Acosta.
La reforma en la Universidad Nacional de Asunción se inició en septiembre de 2015, con varias movilizaciones y una acampada de más de un mes de duración en el campus universitario, en reclamo de la destitución del entonces rector, Froilán Peralta, acusado de encabezar una supuesta trama de corrupción.
Peralta fue encarcelado y liberado en noviembre, y cumple con medidas alternativas a la prisión junto con otras 50 personas presuntamente relacionadas con la corrupción en la UNA.
La salida del rector y de otros cargos directivos impulsó el proceso de reforma del estatuto de la principal universidad paraguaya que, según los estudiantes, tiene un sistema corrupto heredado de la dictadura (1954-1989), que nunca se llegó a sanear.