La intención de Cabrera es liquidar todo el tiempo perdido antes de que culmine el año; en tanto que los universitarios hablan de que esto conspira contra la calidad de la formación y proponen recuperar 14 semanas, con lo que las clases –incluidos parciales– irán hasta el 18 de febrero.
“Lo que están tratando es no recuperar el semestre, sino liberar la asistencia. El que entró a clases, bien, pero el que no –por el paro– va a tener que ser autodidacta y va a tener que pasar una materia sin entrar a clases prácticamente. Es apuntar a la mediocridad”, cuestionó Herbert Segovia, presidente del Centro de Estudiantes de Ingeniería (CEI).
Para Raúl Benítez, secretario del CEI, el calendario académico nuevo “no le conviene a nadie”, incluso ni a los que están en contra del paro, porque “puede afectar a la formación de calidad de los estudiantes. Con nuestra lucha buscamos aumentar la calidad, y vemos que al Consejo Directivo no le importa buscar esa calidad”, apuntó.
Cabrera, a su vez, dijo que su recalendarización beneficia a todos los estudiantes. “Lo que no liberamos son las actividades de laboratorio, de lo contrario, sería disminuir la calidad de todo el proceso”, dijo, al resumir que: “El que pudo rendir el primer parcial tiene la opción de volver a rendir en la fecha fijada para el segundo parcial. Es decir, el mismo día podrá rendir el primer y el segundo parcial; y los que no rindieron el primero, tienen la posibilidad de rendir ambos parciales en un examen”.