Víctor Sotoa
Twitter: @vicsostoa
Pedro Sarabia recurrió a tres variantes para encarar el juego ante Brasil. Un cambio obligado (Salcedo con molestia muscular) y dos buscando corregir y potenciar el rendimiento de su equipo con relación al debut contra la Selección Colombia.
NADA NUEVO. No cambió mucho el andar de la Albirrojita. Volvió a ser un equipo largo, con las líneas muy separadas. No tuvo mucha contención en el mediocampo, donde rápidamente perdió por lesión a Paredes. Sin recuperación, la tenencia del balón siempre es escasa y otra vez los atacantes Ferreira y Villalba parecían de otro equipo. Estuvieron muy aislados.
En el primer tiempo, la Selección tuvo aproximaciones y no fue producto de un juego elaborado, sino por aventuras individuales. En esa norma, Blas Riveros se destacó. Aun con esa pobreza futbolística, la Albirrojita tuvo una ocasión clara para convertir. A los 31', Sebastián Ferreira se encontró con un rebote del golero y perdió en el mano a mano con Caique.
TIBIO REPUNTE. En el complemento, las ansias de querer remontar el marcador hicieron que la Selección adelantara líneas y generara aproximaciones. Pero eso duró muy poco, porque Brasil marcó el segundo gol, a la paraguaya. Saque largo de Caique, peinada de Felipe y definición de Richarlison. Eso disolvió la poca reserva anímica que demostraron algunos jugadores paraguayos. Villalba, imprudente, se hizo expulsar y debilitó aún más al equipo de Pedro Sarabia.
REANIMADO. Cerca del final, Brasil se encargó de reanimar a Paraguay. Un ingenuo penal cometido por Douglas le permitió a Paraguay descontar con el gol de Medina y el mismo jugador marcó un golazo para poner a tiro de empate y decorar el saldo de goles, que puede ser decisivo para una eventual clasificación.
El margen de error para los paraguayos se redujo bastante.