El ministro de Economía del Gran Ducado, Etienne Schneider, recorre el planeta para sumar a su causa a grandes nombres de la conquista espacial, como primer paso para vencer las reticencias a la extracción de riquezas naturales de esos bloques de roca, metales y hielo.
Pues para explotar esos recursos en el marco de acuerdos nacionales se deberá modificar probablemente el Tratado de la ONU sobre el espacio ultraterrestre, que desde 1967 establece que “los cuerpos celestes no podrán ser objeto de apropiación nacional mediante reivindicación de soberanía, mediante el uso y la ocupación, ni de ninguna otra manera”.
Luxemburgo, un pequeño país, quiere convertirse en la base europea de esa proyecto pionero, anunciado en febrero pasado. Y busca apoyo de las potencias económicas, a menudo las más avanzadas en materia de expediciones espaciales. “Queremos invitar a esos países a apoyar nuestro enfoque”, dijo a la AFP el ministro Schneider, que ya sumó a su causa a un ex director de la Agencia Espacial Europea (ESA). afp