Los manifestantes tiraron piedras y ladrillos a los agentes de policía y prendieron fuego a una gasolinera y a varios negocios en el barrio predominantemente afroamericano donde poco antes había muerto a tiros el hombre armado, según las autoridades locales.
El incidente comenzó el sábado por la tarde, cuando dos agentes detuvieron a dos personas en un automóvil, informó en un comunicado el Departamento de Policía de la ciudad, la mayor de ese estado del noreste de Estados Unidos.
Al parecer, los dos ocupantes del vehículo huyeron a pie y los policías iniciaron una persecución que acabó con la muerte de uno de los civiles por disparos de uno de los agentes, de 24 años y que no resultó herido, según el comunicado oficial.
El civil fallecido tenía 23 años y estaba armado, según la policía, que no reveló su raza ni lo identificó por nombre.
Tras el suceso, alrededor de 200 personas salieron a las calles de la ciudad para protestar e iniciaron enfrentamientos con los agentes, uno de los cuales resultó herido en la cabeza después de que le lanzaran ladrillos contra su coche patrulla.
Medios locales aseguran además que los bomberos no pudieron ayudar a extinguir el fuego iniciado por los manifestantes en una gasolinera, debido a que se oían disparos en la zona en ese momento.
El alcalde de Milwaukee, Tom Barrett, aseguró que se habían producido tres detenciones e hizo un llamamiento a las familias de la ciudad para que pidieran a sus hijos que volvieran a casa en el caso de que estuvieran participando en las protestas.
Barrett advirtió además que la ciudad usaría todos los medios disponibles para restaurar el orden.
Hacia las 3.20 de la madrugada (8.20 GMT), el Departamento de Policía de Milwaukee aseguró en su cuenta oficial de Twitter que estaba “restaurando el orden” en la zona y “reduciendo el despliegue” de agentes para contener los disturbios.
El concejal que representa el distrito donde se produjeron las protestas, Khalif Rainey, aseguró a medios locales que los residentes de ese barrio están “cansados de vivir bajo esta opresión”.
“Toda esta comunidad ha sido testigo de cómo Milwaukee, Wisconsin, se ha convertido en el peor lugar para vivir para los afroamericanos en el país entero. Ésta es una señal de alarma. ¿Hacia dónde vamos ahora, como comunidad?”, dijo Rainey en una conferencia de prensa esta madrugada.
Los disturbios son los últimos en una serie de protestas -algunas pacíficas y otras violentas- en los últimos dos años en EEUU por la muerte de ciudadanos negros desarmados a manos de policías blancos en Ferguson (Misuri), Nueva York o Baltimore (Maryland), aunque en este caso no está claro que se repita ese patrón.
La indignación por la violencia policial contra las minorías ha motivado el auge del movimiento “Black Lives Matter” (“Las vidas negras importan”), al mismo tiempo que la muerte de policías a manos de civiles en Dallas (Texas) y Baton Rouge (Luisiana) generaba también tensión y miedo entre las fuerzas del orden en el país.
