El Ministerio de Educación explicó que el examen de ingreso no pudo ser realizado en 408 escuelas, que permanecieron ocupadas por movimientos estudiantiles que se han plantado en contra de medidas de austeridad propuestas por Temer y contra una reforma educativa que promueve su Gobierno.
De ese modo, unos 270.000 jóvenes no pudieron rendir el examen que facilita el ingreso a las universidades públicas, gratuitas y muchas de ellas situadas entre las mejores del país.
La prueba ya había sido suspendida durante la semana en 364 escuelas ocupadas, pero otros centros de estudio fueron tomados en los últimos días, con lo que subió a 408 el número de colegios en que se debió cancelar el llamado Examen Nacional de Enseñanza Media (ENEM).
En los casos en que el ENEM no pudo ser realizado, el Ministerio de Educación ha anunciado que las pruebas serán realizadas los días 3 y 4 de diciembre próximo, lo que le obligará a preparar un examen diferente para esas fechas.
Los estudiantes de educación secundaria se han convertido en la vanguardia del malestar frente a medidas impopulares adoptadas por Temer desde que asumió el poder en forma efectiva, el pasado 31 de agosto, tras la destitución de la socialista Dilma Rousseff.
Frente a la posibilidad de que algunos estudiantes que participan en las protestas intentaran impedir la realización del examen en algunas escuelas, la seguridad fue reforzada por la policía en todos los colegios del país en que se pudo proceder con la prueba.
Sin embargo, la jornada se desarrolló sin incidentes y las únicas escenas dramáticas del día fueron las de estudiantes que rompieron en lágrimas por no haber llegado a tiempo para el examen, perdieron la oportunidad y ahora deberán esperar otro año para intentar entrar a una universidad pública u optar por una privada.
Uno de los motivos del descontento estudiantil es una reforma del sistema educativo propuesta por el Gobierno, según la cual en los tres últimos años de secundaria las materias serán dividas en “cinco áreas maestras": lenguaje, matemática, ciencias humanas, ciencias de la naturaleza y la formación técnica para una profesión.
Lenguaje y matemáticas tendrán la actual carga horaria, pero en las otras tres áreas cada alumno tendrá derecho a escoger un peso mayor en las que le resultan más atractivas, a fin de comenzar a formar su perfil de cara a la universidad.
Según los grupos de estudiantes descontentos, ese nuevo modelo perjudicará la formación integral de los alumnos, pero además le restará peso a disciplinas del área de ciencias humanas, como es el caso de sociología o filosofía, que serán optativas y las cuales consideran necesaria para su educación.
La otra razón del malestar radica en una propuesta del Gobierno que apunta a imponer disciplina en el gasto público y limitar sus aumentos anuales a la tasa de inflación registrada en el ejercicio inmediatamente anterior durante las próximas dos décadas.
Los estudiantes que lideran las protestas sostienen que con esa medida se impedirá que haya un aumento real de la inversión en áreas sociales en las que el país tiene ingentes necesidades, como son las de la salud y la educación.
Según el Gobierno, reducir el gasto público no debe ser sólo una “declaración de intenciones”, sino una práctica regulada por ley y necesaria para acabar con un creciente déficit fiscal, que para este año se calcula en 170.500 millones de reales (unos 44.475 millones de dólares).
Eduardo Davis