El desolador panorama tiene dos causas. Primeramente el tempranero proselitismo en el que se encuentran embarcados los diputados de todos los partidos políticos con miras a las elecciones internas del próximo 17 de Diciembre y las generales del próximo año.
Los legisladores del interior dicen que aprovechan el fin de semana para realizar campaña en sus respectivas zonas de origen, ya de caras a las internas simultáneas.
El otro motivo de la nula actividad en el Congreso es la intención de realizar un cambio de reglamento para poder desalojar a Hugo Velázquez de la presidencia de la Cámara Baja.
Esa campaña ya motivó la falta de sesión el miércoles pasado, y amenaza con paralizar a dicha cámara hasta que los colorados oficialistas y sus aliados consigan los votos necesarios para modificar el reglamento interno y defenestrar a Velázquez y de paso cambiar al representante de este cuerpo legislativo ante el Consejo de la Magistratura, Julio Javier Ríos.
En el Senado ocurre una situación similar. El cartismo sigue boicoteando las reuniones de varias comisiones asesoras e incluso algunas sesiones.
Hay molestias por las repercusiones que tuvieron los graves incidentes del pasado 31 de marzo cuando una mayoría cartista-luguista y llanista, violentando la Constitución Nacional, resolvió dar media sanción a un proyecto de enmienda constitucional para posibilitar la reelección.
Además, existe un grupo que habla incluso de defenestrar al presidente del Congreso, Roberto Acevedo, a raíz de los hechos acaecidos en marzo que produjeron grandes destrozos en el edificio parlamentario, principalmente, en el área que compete a la Cámara de Senadores y sus dependencias.