Corea del Norte, que rechazó todos los llamados para que frene sus programas de armamento, incluso de su principal aliado, China, estuvo trabajando en un misil que pueda transportar una ojiva nuclear y sea capaz de alcanzar la parte continental de EEUU. El Gobierno del presidente Donald Trump exigió que Pyongyang detenga inmediatamente las provocaciones y advirtió que la era de la paciencia estratégica terminó. El embajador de Estados Unidos para el Desarme, Robert Wood, dijo ayer que la presión de China es clave y que Pekín podría hacer más.
El ministro de Defensa de Corea del Sur, Han Min-koo, dijo al Parlamento que el lanzamiento de prueba del domingo fue exitoso en vuelo. “Se considera un IRBM (misil balístico de alcance intermedio) de calibre mejorado en comparación con los misiles Musudan que han fallado continuamente”, dijo, refiriéndose a un tipo de misil diseñado para viajar entre 3.000 y 4.000 kilómetros.
Cuando se le preguntó si el programa de misiles de Corea del Norte se estaba desarrollando más rápido de lo que había previsto Seúl, respondió: “Sí”.
La agencia de noticias norcoreana KCNA dijo que el lanzamiento del domingo probó su capacidad para llevar una “cabeza nuclear pesada de gran escala”. Reuters