Para pincelar la vida de un hombre, esto es contar su vida con sus diversos colores que la componen, es un recurso muy eficiente para describir con más detalle cómo era.
Si hablamos de un gran talento, Leonardo Da Vinci, nacido en Italia en 1452, tal vez nos demos cuenta que los genios tienen muchas aristas, que abarcan casi todos los géneros de la personalidad humana y que muchas veces se adelantan a su tiempo. Y esto lo advertimos en los que han estudiado sus escritos llaman sus profecías. Gran pintor, que inmortalizó La Gioconda, también desviaba sus inquietudes a la ciencia y a los inventos.
Logró diseñar, aunque con rústicas herramientas, ideas sobre el helicóptero, carros de combate, principios del automóvil, e ideó un submarino.
Alguien debe pensar la idea para que se pueda perfeccionar después, porque el que imagina que algo puede hacerse está presentando un desafío, los científicos, él fue en ese sentido un visionario. E imaginó un futuro en que otras cosas que eran imposibles para la época, con mucha proyección, como idea que la ciencia no se detiene jamás.
En sus escritos se ve al hombre que sabía cocinar y hay muchas citas sobre comidas que él mismo preparaba; también era propenso al humor y a contar cosas que le parecían graciosas.
Hasta aquí tenemos un esbozo de cómo era.
Aunque nunca estas personalidades pueden estar completas, debidos a sus impensadas aristas, quiero completarlo con sus predicciones sobre cosas que se han ido concretando.
Señalaba que “los hombres se hablarán desde remotísimos países”.
Sobre el consumismo diría: “Los hombres verán con placer comprar y romper sus propias obras”.
También vaticinó lo que el futuro tomaría del pasado. “Volverán los tiempos de Herodes, pues los hijos inocentes serán separados de sus nodrizas y morirán de grandes heridas causadas por la crueldad de los hombres”. Allí están, por ejemplo, los enfrentamientos de extremistas árabes.
Del concepto de bola de nieve que crece al rodar dijo: “Habrá muchos que crecerán derrumbándose”. Sobre deforestación: “Los bosques engendrarán hijos (los mangos de las hachas) que serán causa de su muerte”. Sobre el hombre y la naturaleza: “Por su culpa grandes selvas perderán sus árboles e infinitos animales su existencia”.
Son profecías que denuncian la degradación de la naturaleza y de la civilidad por parte del ser humano. Saque usted sus propias conclusiones. Lamentablemente muchas de esas predicciones se repitieron a lo largo de la historia, son espinas que duelen a los eternos esperanzados.