Los representantes de la Coordinadora Agrícola del Paraguay de Pequeños Productores Rurales y del Gremio de Productores del Paraguay (GPP) recordaron la experiencia con el impuesto a la renta agropecuaria (Iragro), que cambió los precios de sus productos y, por lo tanto, les perjudicó. Creen que lo mismo ocurrirá con el impuesto a la soja. “Dijeron que iba a ser para los agroexportadores, pero lo estamos pagando nosotros”, aseguró Gerónimo Sánchez, de la coordinadora.
Por su parte, Óscar Dikel, del GPP, explicó que con la aplicación del Iragro ven cómo todos los gravámenes se les aplican directamente a ellos. “Las ganancias de las multinacionales quedan en los paraísos fiscales”, manifestó.
Parte del problema también es que los productores firman contratos leoninos con los agroexportadores, que establecen que cualquier variación de los costos recaerá sobre ellos, reconocieron. Sin embargo, aceptan estas condiciones porque, de lo contrario, se quedan con su producción y sin opción de venta, se defendieron. Sánchez pidió finalmente que se abra un debate con los pequeños y medianos productores y se formule una propuesta que no perjudique a su sector. “Que hablen con el pueblo, porque ellos sacan la ley, pero es el pueblo el que luego paga”, manifestó.