A veces el mundo de colores y discurso exitoso que ciertos ámbitos empresariales recrean para captar a jóvenes que buscan su primer empleo me recuerda a las tácticas de ciertos animales y plantas predadores que fabrican un ambiente agradable en la cual la presa cae fácilmente para luego ser devorada.
Esta semana tuvimos la visita de Randi Zuckerberg, hermana de Mark Zuckerberg, uno de los paradigmas actuales de joven emprendedor y exitoso.
Aunque posiblemente esta hermana que estuvo por Asunción... no tuvo nada que ver en la creación de la poderosa red Facebook, el hecho de estar cerca de Mark ya la convierte en su representante y posiblemente se haya empapado del emprendedurismo de este para poder transmitirlo por todo el mundo a través de sus confererencias.
En la edición del jueves pasado de Última Hora leíamos todos los tips que proponía a las empresas para aprovechar al máximo la creatividad de los jóvenes.
Se supone que la juventud de por sí es creativa, dinámica y libre, lo que bien administrado puede traer enormes ventajas a cualquier firma.
De este modo las palabras de la chica Zuckerberg se alinean al discurso genérico que todas las empresas elaboran siempre cuando están en campaña de captar empleados nuevos.
Y contra esta visión del trabajo en una empresa nada tengo en particular.
Lo que sí me es molestoso es que nunca escuché a ninguna empresa que al momento de abrir sus bellas fauces para engullir a su nuevo orgulloso empleadito no le ofrezca nada más que un futuro brillante.
Nunca jamás vi una empresa que le diera garantías de que será bien tratado, de que no será manoseado y explotado hasta que llegue el día en que vence sus meses de prueba y lo pongan de patitas a la calle.
Allá va otro Zuckerberg en potencia, engañado en la flor de la vida.
¿Se tiene acaso aunque sea una vaga idea de los millares de jovencitos y jovencitas que entran ilusionados a las empresas a trabajar y se encuentran con condiciones ilegales de trabajo?
No se les paga lo que se les promete, o una vez cumplido el periodo de prueba se les invita a ser contratados, pero bajo condiciones leoninas.
Ni qué hablar de seguro social obligatorio, agremiación y otros derechos laborales que les son negados solo por ser jóvenes.
Qué lindo sería ver alguna vez una campaña del Ministerio de Justicia y Trabajo, que a la par de las campañas empresariales de primer empleo, conciencie a nuestra juventud de sus derechos como futuros empleados.