Este porcentaje negativo obedece principalmente a las reducciones de precios registradas en los bienes alimenticios de la canasta como en los combustibles, sin mencionar el escenario externo deflacionario, lo que resta presiones sobre la inflación local.
De esta manera, la inflación interanual (de marzo 2014 a marzo 2015) presenta una variación de 2,6%, muy por debajo del 6,1% que se registró en términos interanuales en marzo del 2014.
En lo que respecta a los alimentos, se destacan las reducciones en el precio de la carne, teniendo en cuenta el alto volumen de faenamiento registrado, de acuerdo con manifestaciones de agentes del sector. La misma tendencia mostraron las carnes de ave y de cerdo, durante el tercer mes de este año.
La harina y, por consecuencia, los productos panificados, vieron igualmente reducciones de precios, en directa relación con la baja en los precios de las materias primas como el trigo.
Esta misma situación afectó al almidón, ya que por una elevada producción de mandioca, y una menor exportación del producto al Brasil –por su situación económica desfavorable–, existe una elevada oferta en el mercado local.
Los tradicionales aumentos de Semana Santa, como el del huevo, queso y pescado se han observado igualmente.
Asimismo, se registraron leves subas en menudencias, bebidas no alcohólicas y aceites. En el caso del aceite, estaría explicado por los controles en frontera, que han reducido la oferta informal.
Como es habitual, los precios en servicios y renta han observado igualmente aumentos.
En contrapartida, los rubros que tuvieron una variación negativa de sus precios son los bienes derivados del crudo, como las naftas y el gas, además de los alimentos ya mencionados como la carne en general, las harinas, panificados, entre otros, cuyos precios están más relacionados con las exportaciones.