En el Evangelio de la misa, nos advierte el Señor: Tened cuidado con los falsos profetas; se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces. Mucho es el daño que causan en las almas, pues los que se acercan a ellos en busca de luz encuentran oscuridad, buscan fortaleza y hallan incertidumbre y debilidad.
Los árboles sanos dan frutos buenos. Y el árbol está sano cuando corre por él savia buena. La savia del cristiano es la misma vida de Cristo, la santidad personal, que no se puede suplir con ninguna otra cosa. Por eso no debemos separarnos nunca de Él: quien está unido conmigo, y yo con él –nos dice–, ese da mucho fruto, porque sin mí nada podéis hacer. En el trato con Jesús aprendemos a ser eficaces, a estar alegres, a comprender, a querer de verdad, a ser, en definitiva, buenos cristianos.
El papa Francisco, a propósito del Evangelio de hoy, dijo: “Injertados en Cristo con el bautismo, los cristianos hemos recibido gratuitamente de él el don de la vida nueva; y gracias a la Iglesia podemos permanecer en comunión vital con Cristo.
Es necesario mantenerse fieles al bautismo, y crecer en la amistad con el Señor mediante la oración, la escucha y la docilidad a su palabra, leer el Evangelio, la participación a los sacramentos, especialmente, a la Eucaristía y a la Reconciliación.
Si uno está íntimamente unido a Jesús, goza de los dones del Espíritu Santo, que –como nos dice san Pablo– son ‘amor, alegría y paz, magnanimidad, afabilidad, bondad y confianza, mansedumbre y temperancia’ (Gal 5,22); y en consecuencia hace tanto bien al prójimo y a la sociedad, como un verdadero cristiano.
De estas actitudes, de hecho, se reconoce que uno es un verdadero cristiano, así como por los frutos se reconoce al árbol…”.
(Frases extractadas del libro Hablar con Dios, de Francisco Fernández Carvajal, y https://www.pildorasdefe.net/liturgia/evangelio-mateo-7-15-20-cuidado-con-falsos-pastores-piel-de-oveja-por-sus-frutos-los-reconoceran)