El Senado aprobó dicha ley el 6 de junio del año pasado; los diputados rechazaron el 10 de setiembre, y el 19 de diciembre los senadores se ratificaron, con 30 votos.
Ayer, los diputados necesitaban 53 votos para ratificarse en su rechazo, pero solo lograron 45 votos para el rechazo; 8 votaron a favor y dos se abstuvieron de votar, por lo que la ley quedó sancionada y pasó al Ejecutivo.
Argumentos. El titular de la Comisión de Legislación, Bernardo Villalba, explicó que la ley atenta contra el principio constitucional de igualdad y el principio de la libre asociación, fundamentales en la Carta Magna, e instó a elaborar una nueva ley mejorada.
“Esto va engendrar una crispación en los diferentes sectores, porque la no participación, o la discriminación de los demás profesionales que no forman parte de estas asociaciones más antiguas, van a tener que desaparecer en sus asociaciones y al mismo tiempo tener que adaptar el propio ejercicio de su profesión a algo que ya se ha superado”, dijo Villalba.
El titular de Asuntos Constitucionales, Ramón Romero Roa, también pidió el rechazo del proyecto, argumentando que la misma es importante y necesaria, pero tal cual está diseñada es inaplicable e inconstitucional. “Antes de crear la paz social, estaríamos imposibilitando que colegiados del interior de la República queden excluidos”, señaló, y también instó a un rediseño.
El diputado colorado José María Ibáñez, luego acompañado por Jorge Baruja, fueron los únicos que instaron a la aprobación, señalando la importancia de estar al nivel de otros países de la región.
Édgar Acosta, Óscar Tuma y Éber Ovelar también advirtieron de los peligros de la ley al dar tanto poder a los colegiados y arriesgando la libertad individual del profesional.