Por décima vez, el hecho se registró a las 3.30 de la madrugada de ayer, pero los ladrones fueron descubiertos y corridos por dos vecinos que iban a esperar colectivo. En el lugar los dos desconocidos dejaron abandonada una bicicleta que, finalmente, el propietario de la peluquería, Fermín Arzamendia, alzó en la copa de un árbol calificando el acto como una revancha.
Los ladrones abrieron un boquete en una de las paredes de madera del local e ingresaron para alzarse con el botín. Según el afectado, la pérdida fue de 2.500.000 guaraníes, debido a que recientemente cargó de mercaderías varias su negocio que lleva 4 años en el lugar.
Arzamendia se quejó de la inseguridad que se apodera de la zona. El mismo cree que fueron adictos los que perpetraron el robo.
“Ya no sabemos qué vamos a hacer, no hay seguridad. Yo tengo alarmas, coloco cerraduras y candados, pero no hay caso. A la Policía no le voy a comunicar porque no hacen nada”, refirió.