El obispo castrense, monseñor Adalberto Martínez, presidió el oficio religioso que se desarrolló en el patio de la Comandancia de la Policía. Durante la ceremonia, los presentes oraron por la liberación del joven Arlan Fick y del suboficial Edelio Morínigo Florenciano, secuestrados por el Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP).
Al culminar la celebración eucarística se llevó a cabo un breve acto, en el que el ministro del Interior Francisco de Vargas y el comandante de la Policía, Francisco Alvarenga, brindaron algunas palabras felicitando y alentando a los miembros de la institución policial.
De Vargas instó a todos los uniformados a renovar la fe y la espiritualidad como herramientas fundamentales para el cumplimiento de la misión policial.
“Este es un momento de cambios y la Policía Nacional –como institución noble, necesaria y efectiva para la custodia de la seguridad interna y el orden público de todos los paraguayos– no puede estar ajena a esa intención”, expresó el secretario de Estado.