25 abr. 2024

Policía amenazado de muerte reveló que sus camaradas sacaron la cocaína

Se negó a declarar en Pedro Juan y tuvo que ser trasladado a Asunción. Asegura haber visto cómo sus camaradas sacaron los 252 kilos de droga, mientras le ponían un arma en la cabeza para que calle.

Evidencia.  La cerradura de la armería de la Policía, donde estaba la droga,  no fue forzada.

Evidencia. La cerradura de la armería de la Policía, donde estaba la droga, no fue forzada.

Por Andrés Colmán Gutiérrez

PEDRO JUAN CABALLERO

Al suboficial primero Santiago Ferreira Coronel no le correspondía estar de guardia en la Jefatura de Policía de Pedro Juan Caballero entre la noche del viernes 16 y la madrugada del sábado 17 de enero, pero utilizó sus influencias entre algunos jefes policiales para agregarse a último momento en la lista y ubicarse en el segundo lugar, que le correspondía a la persona encargada de la protección de la armería, donde se guardaban las tres bolsas con 252 kilos de pasta base de cocaína.

“Que un policía pida estar de guardia un viernes a la noche, cuando no era su turno, y justo en un lugar donde se guardaba una evidencia de tan alto valor, tendría que haber resultado sospechoso para sus jefes”, sostiene el jefe de Investigación de Delitos de la Policía Nacional, comisario principal Gilberto Fleitas, sugiriendo la complicidad de la cúpula policial.

Según esta versión, sostenida por los investigadores del robo o desaparición de la droga –incautada una semana antes, en la zona de Fortuna Guasu, distrito de Zanja Pytá, a 20 kilómetros al sur de Pedro Juan–, la sustracción fue planificada por un grupo de policías, comandados por Ferreira, pero se encontraron con la resistencia de otro de sus camaradas.

Se trata de un suboficial segundo, quien –siempre según la versión de los investigadores–, al darse cuenta del delito que estaban a punto de cometer, les dijo que no lo hicieran, pero recibió amenazas y decidió permanecer callado durante muchos días.

“Sabemos que a este policía le pusieron una pistola en la cabeza y le dijeron que si llegaba a decir algo, le van a matar. Él no quiso declarar en Pedro Juan, porque no confía en la justicia local, tuvo que ser llevado a Asunción para contar lo que realmente sucedió”, dice Juan Carlos Acevedo, intendente municipal de Pedro Juan Caballero.

TESTIGO. El suboficial es hoy el testigo principal del caso. El comisario César Silguero, jefe de Homicidios de Investigación de Delitos de la Policía Nacional, hizo pública ayer su identidad. Se trata del suboficial segundo Luciano Valenzuela.

Es el mismo testigo quien asegura que fueron el suboficial Ferreira y sus camaradas Lucio Recalde Melgarejo y Celso Fleitas quienes sacaron las tres bolsas con la droga, las pasaron por el patio de la sede de la Gobernación de Amambay (adjunta al predio de la Jefatura de Policía) y se las entregaron al capo narco Clemencio Gringo González Giménez.

Gringo, presuntamente, llegó a recoger las bolsas de cocaína en un auto Volkswagen CrossFox, de color rojo, en compañía de su hijo, Édgar López, y de la esposa de este, María Elizabeth Ferreira Coronel, quien es hermana del policía Ferreira.

Hasta ahora, sin embargo, la versión oficial no tiene muchas evidencias sólidas, más que el relato del policía testigo. El miércoles, los investigadores mostraron el video de una cámara de seguridad, presuntamente obtenido del circuito cerrado de un local cercano a la jefatura policial, donde todo lo que se ve es un difuso auto rojo cruzando la avenida.

María Elizabeth Ferreira, la nuera de Gringo, fue detenida el miércoles, durante el allanamiento en una de las lujosas residencias que el capo posee en la capital de Amambay. Gringo y su hijo están prófugos y tienen orden de captura. De la droga robada, nada se sabe.

HIPÓTESIS. Los investigadores aseguran que aún no pueden probar si Gringo González era el dueño de la cocaína decomisada en Fortuna Guasu y si el robo fue para recuperarla, o es simplemente un nuevo “comprador” a quien los policías contactaron para hacer un “gran negocio”.

En el caso de que esta hipótesis resulte cierta, de que González no sea el dueño original del cargamento, se teme lo peor: una “guerra de venganza” por parte de los verdaderos dueños contra quienes se apropiaron de la droga.

En el ámbito político y periodístico de Pedro Juan Caballero, hay sectores que no dan mucho crédito a la versión oficial.

“Gringo es solamente un chivo expiatorio, a quien acusan para desviar la atención y tratar de salvar a los verdaderos responsables de lo ocurrido”, es la afirmación que se escucha en la radio Oasis FM y en los noticieros del canal de cable Gosi Telenorte, medios periodísticos que son de propiedad del gobernador de Amambay, el liberal Pedro González.

En Amambay AM, emisora de propiedad del senador liberal Robert Acevedo, sin embargo, se sostiene la tesis contraria. El propio legislador acusa al gobernador Pedro González de estar involucrado en el caso y pide que la policía lo investigue, destacando que la droga “fue sacada por el patio de la Gobernación”.

Uno de los concejales departamentales vinculados al hallazgo de la cocaína, el liberal César Quevedo Isnardi, integra el equipo político del gobernador.