Los vendedores de flores, paños y cruces apostados frente a estos camposantos sintieron el impacto de la poca afluencia de gente, ya que la venta de estos artículos mortuorios se vio sensiblemente disminuida.
Fátima Torres, quien desde hace 62 años tiene su puesto en uno de los portones de la Recoleta ubicado sobre la calle León Fragnaud, señaló que hace décadas atrás, el 1 y 2 de noviembre eran feriados, lo cual aseguraba que los parientes de fallecidos vengan en gran número hasta estos sitios de descanso eterno.
“Esta es la época en que nosotros podemos vender y hacer la ganancia del año. Ojalá en el Día de los Muertos (por hoy) podamos mejorar las ventas. Pero esto de levantar el feriado nos perjudicó, porque la gente debe trabajar y no puede venir en un día hábil”, se lamentó.
ABANDONO. En los tres cementerios se observó el estado de abandono en el que se encuentran varias tumbas y panteones, con signos de violencia por parte de adictos y malvivientes y mucha basura acumulada en diferentes sectores.
Un alto porcentaje de los nichos y columbarios están con las puertas abiertas, sin sus candados, o con vidrios rotos, dejando al descubierto féretros y, en algunos casos, hasta restos óseos.
En los camposantos del Sur y del Este, desde hace varios años se tienen las murallas que se vinieron abajo durante una tormenta, sin que a la fecha las mismas se hayan levantado, pese a reiterados reclamos de la ciudadanía.